Otro año que se acaba y se empiezan a hacer los balances, las listas de lo mejor y peor del año, donde empiezan las acaloradas discusiones sobre si éste merecÃa estar más arriba, más abajo, cómo no has metido a éste… Pero también es momento de hacer una reflexión de hacia adónde está yendo la música o el cine de nuestro tiempo. Si miramos atrás sabemos reconocer si una canción es de los 60, los 70 o de los horteras 80, por ejemplo, y ya ni te digo si vemos una pelÃcula.
En la década de los 60 era tan terrible la sociedad que tenÃan que disfrazarla de alegrÃa y el movimiento ye-yé y mod quiso teñir de color un futuro gris que mucha gente no supo, o no pudo, ver. En el cine pudo estilizarse la herencia de la screwball comedy, aunque con menos gracia, y Doris Day, Rock Hudson y un envejecido Bob Hope seguÃan enredándose en las tramas más inverosÃmiles.
En los 70 finalizando la guerra de Vietnam la explosión pacifista también influyó en unas sonoridades más «libres»; los Beatles recrudecieron su sonido, y poco a poco morÃan,  Hendrix aturdÃa con su guitarra y el rock progresivo y krautrock empezaba a golpear y a interesar a los más intelectuales, y además ya era muy común las televisiones en las casas y se notó en el cine, gente proveniente de la caja tonta empezó a hacer cine (Scorsese, Penn, De Palma, Coppola…) y con ellos un cine más psicológico, con planos más cerrados.
Los 80 fueron una fiesta, en su amplio sentido, confeti, neones y sonido electrónico, en España la liberación fue considerable, pero no olvidemos que fue la década de Gorbachov, Thatcher, Reagan. Se empezó a usar la laca, las hombreras y a ser más nihilista en las letras y canciones. En el cine influyó sobremanera por ese invento revolucionario; el video, con tres sistemas (BETA, 2000 y VHS) podÃas tener el cine en tu casa. Y la producción cinematográfica lo notó, porque muchas de las pelÃculas se empezaron a hacer para ser disfrutadas en los hogares. Cine de serie B, con pelÃculas de acción facilonas, efectistas, muy populares,al igual que ese cine de barrio que nuestros mayores disfrutaban «a peseta la entrada».  Ademas fue la década de las artes marciales.
En los 90 empezó a notarse cierta escasez de ideas y empezó una moda que hasta ahora sigue vigente; la de los revivals. Musicalmente se deseaba volver a finales de los 60 y surgió ese dichoso Brit Pop que anhelaba el movimiento Mod con toquecitos festivaleros (Oasis, Blur) mientras que por otro lado se seguÃa la senda glam setentera (Suede, Pulp…) y otros grupos, nacidos en la década anterior se desorientaban un poco (Pixies, Sonic Youth, NIN). En el cine se seguÃa con las cintas de video (ya solamente VHS) y con un cine más «solidario» o al menos más consciente, muy en sintonÃa con el cine polÃtico de los 70, aquel cine comprometido de gente como Costa-Gavras. En éste caso Oliver Stone, Ken Loach (que habÃa empezado a finales de los 60 pero que vio en los 90 su década), Mike Leigh denunciaban una sociedad que en los 80 habÃa sido olvidada.
Y llegó el futuro, el 2000. Y nada cambió. Algunos de esos grupos que se iban a comer el mundo empezaban su decadencia, cuando no su fin, y cada año la estrategia era distinta; cambiar de década en ésto del revival. En el cine empezó a asentarse el video digital, como revolución total. Y empezó una espiral que sigue hoy, doce años después; el manierismo. Otros lo llaman homenaje. Vivimos en un momento en que se endiosa más al autor que a la propia obra, pero el autor, cada vez más, se basa en la manera de hacer de otros autores anteriores a él. En la música hoy en dÃa todo es electrónica ochentera, cuando no revivalistas sesenteros, ochenteros. Y en el cine lo mismo. Y como ejmeplo dos de las pelÃculas más relevantes del año son ejercicios de manierismo. Por un lado la sobresaliente «The artist«, film mudo y en blanco y negro que narra, de manera soberbia eso sÃ, la decadencia de un actor de cine mudo con la llegada del sonoro, y por otro lado la sosita y totalmente vacÃa «Drive«, donde desde que empieza queda claro su oportunismo ochentero (los créditos simulando neones rosas hacen referencia a film como Risky Bussiness, asà como una BSO muy de la época). Pero eso son solo dos ejemplos. Si miramos el grueso de la música y cine actual vemos que no hay intención de revolucionar, eso se les deja a los de Apple o a Thackelberg. Y el 2012 que empieza, ¿qué nuevas nos traerá?
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