Autobiografia del pop-rock, de Arévalos, Rios y Bravos

Cintas de Arevalo

¿Quién no ha tenido en el coche de su padre cassettes de jotas, así como de chistes de Arévalo o Eugenio? Aquellas cintas nos amenizaban los viajes, las de jotas menos la verdad, pero las de chistes siepre eran bienvenidas. Nos sabíamos de cabo  rabo las dos caras, pero nos reíamos siempre después de cada chiste, como cuando ves a Gila por la tele o escuchas un canción de Javier Krahe. Cintas de Arévalo con sus chistes de mariquitas, gangosos o viejos salidos, Eugenio con sus pequeñas historias graciosas (quizás el mejor contador de chistes del mundo), incluso recuerdo una de Esteso por un lado y otra de Pajares rondando por casa. Bellotero pop, Drácula ye-yé, vamos todo hits imperecederos, aunque sin duda los reyes del humor en cassette fueron Los Hermanos Calatarava, que se dedicaban a incluir comentarios más o menos graciosos en canciones populares de la época.

Aquellas cassettes, muy alejadas de la musica, fueron las más vendidas de la época, y es que en España siempre hemos sido muy cachondos. Por aquellos años en los que yo tendría más o menos 5 o 6 años, el que se estaba forrando indecentemente era Miguel Rios, con su «Rock ´n´ Rios«, gira musical que añadió al malagueño muchos fans de la generación de la movida. Aquella gira la abría con Bienvenidos, canción, precisamente de bienvenida a sus shows que se convirtió en su punta de lanza, y en mi canción favorita del momento. Dicen mis mayores que yo, cuando tocaban esta canción en las verbenas, me ponía como un loco enfermo de San Vito y que propios y ajenos me hacían corro. Seguro que exageran. De aquella grabación de Miguel Rios recuerdo, Santa Lucia, Banzai, Año 2000… Hoy las oigo y me siguen conmoviendo, eso sí, ya nadie me hace corro.

Por aquellos días vino a casa tambien una cinta (grabaciones originales) de Los Bravos, con su potente hit Black is black, cantado en inglés macarrónico por su frontmen, el madelman germano Mike Vogel, cambiado por las leyes del mercado a Mike Kennedy. Aquel grupo supo aunar como pocos el sonido ye-yé de la época, con un sonido más potente, bien tocado, con guitarras más contundentes, incluso con un órgano Hammond, algo poco común aquellos días, y con una cuidada imagen fotográfica, realizada por un joven Alberto Schommer, hoy uno de los fotógrafos más respetados.

Tenían sus canciones ñoñas, como todo el mundo, pero en conjunto funcionaba. Cuando la fama les dio la mano nada evitó que realizasen aquellas espantosas peliculas de lucimiento que hicieron casi todos. Eso sí, la colección de canciones que dejaron es de infarto: Los chicos con las chicas, la motocicleta, el loco soy yo, al ponerse el sol. A modo de curiosidad solo contar qu hace unos años tocaron en fiestas de Portugalete y tuve la oportunidad de estar con ellos en un bar con la persiana bajada, cerveza tras cerveza, hablando y cantando, una noche inolvidale. Mayores, pero ante todo rockeros. Eso es estilo.


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2 respuestas a «Autobiografia del pop-rock, de Arévalos, Rios y Bravos»

  1. Avatar de Nacho
    Nacho

    Como malagueño he de decir que me encantaría que Miguel fuera de aqui, pero me temo que yo sepa, que Miguel Rios ha sido granadino te toda la vida.

    Saludos

  2. Avatar de krapolis

    ja ja, he puesto malagueño, ha sido un fallo tonto, estaría pensando en serrat

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