Tracklist de 10 canciones. Reedita en el sello Grijander. Las referencias son las habituales que encontrábamos en sus discos anteriores. Sin duda, han ganado al incluir teclados. Dubstep, shoegazing y ambient. Riffs, guitarras cristalinas y muro de sonido. El single de adelanto. La cara B. La pista oculta. Indie y mainstream. De gira. Etcétera.
SÃ, ha estado bien jugar unos añitos a crÃtico musical. Pero sin creérmelo, no se crean, por mucho que haya utilizado algunas (muchas) de las muletillas mencionadas. Tampoco es que yo entienda de música, por mucho que la escuche diaria y cotidianamente. Por mucho que la ame. Ya me aburre (la música no, ojo). No sé si tendré algún fan en LFA (tranquis, aunque no haya respuestas positivas, mi ego seguirá igual de bien alimentado) que se haya percatado, decÃa, en que hace mucho que no me sentaba a escribir sobre discos que haya degustado, canciones que haya escuchado o directos a los que haya acudido. Puntualmente. De ciento en viento. Y ello, como imaginaréis, no quiere decir que haya dejado de hacerlo. Sólo que ya no me pone, no me apetece compartir mis impresiones personales al respecto o, al menos, no me apetece ponerme a diseccionar “técnicamente†canciones, discos o conciertos. A lo mejor es que no sé o, a lo mejor, es que lo que realmente me sigue divirtiendo es vivenciar la música.
Recordar anécdotas relacionadas con un bolo; rememorar sentimientos al escuchar un tema; rescatar sensaciones personales, únicas e intransferibles al pinchar un disco. Esto sà me pone, si me divierte o, reconozcámoslo, esto me puede resultar más sencillo. Al fin y al cabo, la música es, fundamentalmente, emoción; emoción en forma de banda sonora vital. Es, a ver si me explico, la canción que marcó la farra aquella en Madrid; es el tema con el que nos amaneció la primera noche del primer FIB; es el primer disco que te regaló ella; son los álbumes que no te devolvió cuando rompimos; son el concierto al que fuÃste con tu amigo o el bolo en el que la besaste.
La música es, en definitiva, vida y, al fin y al cabo, gusta mucho (o, al menos, en la actualidad, me mola más) escribir en clave vital o biográfica sobre discos, canciones o conciertos. Por eso, porque esto sà me apetece, voy a intentar mantener periódicamente (sin concretar la periodicidad) una nueva sección en LFA: BiocrÃticas. Es decir, el repaso a una canción o a un trabajo que, de alguna manera, esté asociado a mis anécdotas personales, a mis vivencias, a mis sentimientos…
Trataré de poner un poco más de mà en esos futuros textos o, al menos, un poco más de lo que ponÃa en esas otras entradas más de “crÃtico†al uso. Hablar más de lucce (¿qué les dije de mi egocentrismo?) entre las necesarias entradas que diariamente (o casi) realizamos (deberÃa decir realizan) Krapolis, Jaet y yo mismo.
En definitiva, que si he de volver a sentarme al volante de la Furgo, ha de ser de esta manera, mediante las BiocrÃticas; primero porque me apetece y segundo porque me da que va a volver a engancharme al blog y es posible que me pique a volver a escribir desde otros puntos de vista.
Hechas las presentaciones y argumentadas las razones, si el tiempo y la autoridad no lo impiden, mañana estrenaré la primera de mis BiocrÃticas. Gracias.
Deja una respuesta