Se le atribuye al bueno de Tony Wilson (ya saben, el fundador de Factory Records, descubridor de Joy Division, New Order y Happy Mondays y fundador de The Haçienda) esa especie de axioma según el cual los conciertos con apenas 20 personas son bolos históricos. Bueno, quizá categorizar esto como axioma es demasiado, pero sà que es cierto que en la pelÃcula ‘24 Hour Party People‘ de Michael Winterbottom, el personaje de Tony Wilson acierta a decir algo asà en el salón de actos de vete tú a saber qué recinto de Manchester que acogió, por primera vez, ante poco más de una decena de personas, el primer directo de los Sex Pistols en dicha ciudad.
Pues sÃ, de Tony Wilson y de dicha escena tiré cuando nos adentramos a una casi desierta sala Black del bilbaÃno club Fever para presenciar el directo de los zestoarras Grises, que recalaban en la capital vizcaÃna para presentar su disco ‘El Hombre BolÃgrafo‘. «Va a ser un bolo histórico. Veréis«. Optimista que es uno. Y es que la noche, amén de la escasa concurrencia, no habÃa empezado demasiado bien. Las inmediaciones de la sala, en el barrio de Bolueta, vacÃas y las puertas del garito cerradas a la hora en la que, supuestamente, debÃa iniciarse el concierto. Una vez dentro, clásicas figuras del público habitual de estos saraos, el señor Letamendia (ex We Are Standard y responsable ahora del proyecto Zapato Tipo Bota) ejerciendo de maestro de ceremonias y medio Zestoa bebiendo Gin Tonics.
Y no sé si histórico, pero, desde luego, fue un concierto realmente divertido. El conjunto gipuzkoano realizó una contundente carga (a modo de velado homenaje al uniforme policial de décadas pretéritas que podrÃa dar nombre al grupo), a base de ritmo, baile, desenfreno y buen rollo. Desgranaron el trabajo anteriormente citado y presentaron algún que otro adelanto de temas nuevos que ahondan en esa vena hedonista que les hacen emparentar con la sección más bailable del pop electrónico patrio. Obviamente, alcanzaron el cénit con su hit, ‘Parfait‘, que tocaron por dos veces a modo de guiño a los incondicionales allà presentes.
En definitiva, que fui optimista y acerté y me dieron razones para seguir siéndolo en futuras citas, sean más o menos históricas que ésta. Ya sabéis: si podéis, asistid a una carga de los Grises. Si salÃs magullados no será por porrazos…
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