El kaso Krahe (un sindios)

Javier Krahe

La tan manida, aunque no por ello menos severa, crisis ya no es solo económica. Llevo tiempo diciendo que la peor va a ser la psicológica, la de las depresiones, los prozacs y los ansiolíticos. Esa que no se detecta a simple vista pero que, a la larga, es la más nociva y letal. Hace mucho que, cuando quedo con alguien, a no ser de que hablemos de chorradas, «el tema» es rey, y no, no solo me refiero al fútbol, y es que las cosas van mal, irán a peor y demás tópicos están a la orden del (incierto) día. Ya no disfrutamos como antes, tenemos que hacer nuevos agujeros a un cinturón que no da más de sí, y no respirar empieza a ser tendencia. 15 mil millones que se van, magia Borrás, indignados por aquí, manifestaciones por allá. Todo empieza a ser realmente insoportable. Y para más inri (perdón Krahe) está lo del cantautor madrileño.

Estos días Javier Krahe ha ganado en popularidad, a su costa, cosa mala. No en prestigio, que ya lo tenía, casi desde sus comienzos con Chicho Sánchez Ferlosio hace treinta y pico años. Poeta irónico, sarcástico, en ocasiones mordaz, pero siempre inteligentísimo y muy literario, empezó traduciendo a su ídolo George Brassens (Marieta) , pero desde el principio sus letras, dotadas de un ingenio tal que dejaba en ridículo a sus contemporáneos, brillaban con luz propia. Brillaban tanto que, a pesar de no ser tan reconocido, ni mucho menos mediático que otros como Aute, Serrat o Sabina, resultaba mucho más preocupante y peligroso que ellos. Nunca escribió letras ensalzando la república, ni hacía conciertos-panfleto contra Franco, no, lo suyo era mucho más inteligente; escribía letras tan ingeniosas que todo el facherío, la Iglesia más rancia o el «héroe» de la transición, y por aquel entonces presidente (González, claro) solo podían arremeter, ocultando la sonrisa y un «qué cabrón, tiene razón», intentando silenciar la voz de éste juglar, éste bufón que se reía del rey en su propia cara. Por eso con aquella soberbia Cuervo ingenuo, contra la OTAN fue considerado persona non grata y vilipendiado por Tve por muchos años, mientras que otros cantautores se tomaban la libertad de autoproclamarse líderes de un timón izquierdista, sin molestar tanto.

Ahora es juzgado por un cortometraje que hizo junto a su compañero de colegio Enrique Seseña en 1977, donde explicaba cómo cocinar un cristo. Parece mentira lo burda  y ridícula que puede llegar a ser cierta sociedad cristiana que denuncia un acto creativo de libertad de expresión. Un corto que nadie de esos beatos de pacotilla y cilicio hubiesen visto jamás si no hubiesen puesto Canal + aquel fatídico día de 2004 en que pusieron unas imágenes en medio de una entrevista con Krahe. Y se le pide que pague una cifra absurda, por elevada e injusta (¿quizás para insuflar oxígeno a otro banco corrupto?). Pues no, señores, no vale todo para desviar la mirada.

Conozco a gente atea, agnóstica (entre ellos yo mismo) y creyente de todo tipo, y por eso no quiero caer en lo fácil, en etiquetar, algo demasiado sencillo para la demagogia, el segundo deporte rey. Pero me parece lamentable que en medio de tanto progreso de pacotilla estemos viviendo una segunda edad media en determinados aspectos. Desde aquí todo mi apoyo al que considero el mejor letrista de nuestro país, esto es, Javier Krahe, y rompo una lanza por la verdadera libertad de opinión.

Y como extra os dejo con mi top ten Kraheólogo:

  •  Antípodas, increíble canción compuesta únicamente con esdrújulas, mientras que, con humor, hace un agudo análisis de la sociedad.
  • Vecindario, mi esposa padece furor uterino, no damos a basto ni yo ni el vecino. Empezando así ¿cómo va a ser mala? Desternillante.
  • ¿Dónde se habrá metido ésta mujer?, un alegato feminista que mucha gente malentendio, pensando que era todo lo contrario, prodigiosa.
  • Mi mano en pena, una masturbación contada en pocos segundos, con un ritmo que va creciendo, como la excitación, hasta que debe cortar «me voy que me viene!!!»
  • Hoy por hoy, una letra seria, brutal, una visión sobre la existencia y lo frágil de las cosas y los días. Ni Albert Camus podría haberlo hecho mejor.
  • Como Ulises, a ritmo de habanera nos cuenta la Odisea de Homero como si él fuese Ulises, llevándolo a su terreno.
  • No todo va a ser follar, pues eso. Habrá que hacer otras cosas.
  • Villatripas, la eterna lucha entre los dos pueblos, el de arriba y el de abajo. Maravillosos juegos de palabras entre erección de erigir y del otro…
  • Ay democracia, una canción de desamor a la democracia, parafraseando a Neruda. Podría ser una de las canciones del movimiento 15m
  • Los caminos del señor, quizás su letra más bestia (yo que siento por Jesús repelús) divertida e irreverente.
  • Un burdo rumor….. ah!, que ya llevo 11, es que son tantas…..

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