Entre líneas. El eco negro (Michael Conelly)

En los últimos tiempos hemos asistido al resurgimiento de la novela negra. Autores como Jo Nesbo, Andrea Camilleri, Henning Mankell, Dennis Lehane o Donna Leon entre otros han visto como sus nuevas entregas se venden como rosquillas, reeditando sus viejas novelas en varios formatos. Eso es innegable, el crimen está de moda. Y prácticamente todos esos autores tiran de personajes para conducir cada una de esas entregas que los lectores esperan con ansia: Camilleri tiene a Montalbano, Mankell a Wallander, Lehane disfruta con las nuevos casos de Kenzie y Leon tiene al comisario Guido Brunetti.

Pero hoy no vamos a hablar de esos autores ni personajes, ya que hoy vamos a hacer mención a El eco negro, la primera novela protagonizada por Harry Bosch, el detective de Los Angeles, hijo de una prostituta creado por Michael Connelly. Primera de las 18 novelas que lleva escritas con el personaje, un eterno perdedor, muy bueno en lo suyo y muy malo en el resto.

Veterano de la Guerra de Vietnam, fue una de las ratas de túnel, encargadas de avanzar bajo tierra, una experiencia traumática que le ha llevado a visitar a una psiquiatra. Cuando aparece el cadáver de un yonqui en un túnel de la ciudad parece ser el único que no cree que la muerte haya sido de una sobredosis, máxime cuando reconoce en él a un antiguo compañero en las ratas del túnel. Volverá su pasado y deberá superarlo para esclarecer toda la trama que hay detrás de esa muerte, y de la red de atracos a bancos por los túneles del alcantarillado.

La novela se lee muy bien, a pesar de lo retorcido de la historia, y los largos capítulos, uno por cada día de investigación que pasa, se leen con interés. Algo menos de 500 páginas de trama inteligente, sin florituras y con un lenguaje directo y sencillo. Una buena novela que me ha despertado el gusanillo de leer algo más de Harry Bosch.