Acudir solo a un concierto-minifestival como el del pasado viernes puede ser un acto de masoquismo, o una invitación desenfrenada a la misantropÃa, porque la ceremonia psychobilly que allà se montó es para ir en grupo. Y no es solo por los pogos, los coreos y las cervezas compartidas, es que esa fiesta no se puede disfrutar a solateras. Pero allà fui, con la sana intención de extirparme esa espina que se iba acrecentando desde que me perdiese a Reverend Horton Heat en el pasado Arf. De los demás no conocÃa más que algún video ojeado en youtube, y que no poco miedo me habÃan causado.
Finalmente de ese concierto se cayeron los Silver Shine, con lo que quienes abrieron la velada, ante una sala impresionantemente vacÃa (serÃan las 8 de la tarde más o menos) fueron los canadienses The Brains, que facturan un psychobilly acelerado, pero para nada desprovisto de melodÃas, en ocasiones demasiado blandas para el resto de la propuesta (la estética es muy dura: cabezas rapadas menos unos tupés en punta, lentillas blancas, botas…). Apenas tres cuartos de hora en la que no decayeron y ofrecieron un espectáculo limitado pero para nada desdeñable. Y de pronto se hizo el milagro. Alguien me toca la espalda, me giro y me encuentro a uno de esos amigos con los que tienes siempre mil cosas de qué hablar y, por cosas de la vida, hace mucho que no ves. Y de pronto la noche se animó sobremanera, y es que il cavaliere (malditos seudónimos de la red) es una enciclopedia musical, un placer escucharle. Quizás por eso el siguiente concierto, The Phantom Rockers, pasó por delante de nosotros mientras hablábamos de Stevie Wonder, Status Quo, Johnny Cash, Tina Turner o Nick Curran entre otros. Solo nos quedamos con ese final versionando a los Stray Cats. No sonaron mal, pero sin más, aquella era la noche del reverendo.
Y salieron (las diez y pico de la noche), guitarra, contrabajo y bateria. Y la explosión rocker-surfera–country-psycho-lo que quieras, porque los géneros dejan de tener sentido cuando tocan éstos jóvenes-maduros de Corpus Christi, Texas. «Tiene cara de convicto«, «SÃ, como de haberse escapado de la milla verde«. Y es que cualquiera de ellos vale para actor secundario de Los Soprano. Si no fuesen uno de los valores en alza en el género (el que sea) darÃan miedo. Yo al menos no querrÃa tenerlos cerca. En cambio son tres personas afables, sonrientes y muy, muy bestias tocando. A parte de recorrer casi sin descanso temas de sus discos, a los que fue numerando (ahora una canción del disco 9) cayeron versiones de Johnny Cash o Motörhead entre otros. Algo más de hora y media que nos dejó agotados. Divertidos y salvajes. Y con un puñado de cosas nuevas aprendidas de il cavaliere. No está nada mal.
Deja una respuesta