Tengo un álbum de fotos donde pego las entradas de todo los conciertos a los que voy. La primera entrada es de Mike Oldfield cuando vino a Bilbao a principios de los 90 con su gira de Tubular Bells 2 y la última, por el momento, es la de Mike Farris en el antzoki, de hace pocas semanas. Entre estas dos hay ciento y pico entradas (obviamente he ido a muchos más conciertos, pero muchos ha sido sin entradas o bien las perdÃ) que reviso una y otra vez intentando recordar aquellos momentos. Y de la mayorÃa de ellos me acuerdo perfectamente, pero hoy es momento de destacar los conciertos más desastrosos a los que he tenido el placer de acudir.
JOE CREPÚSCULO, el acto fue en el kafe Antzokia, duró 50 minutos y, creédme, fueron los más largos de mi vida. Nunca me habá sentido más ajeno, más mayor y más impresionado. No digo que el chico no tenga letras ocurrentes,pero aquello me pareció una tomadura de pelo de orden mayor, y lo peor es que a todos parecÃa encantar. Cantaba mal, tocaban mal y cuando hablaba parecÃa querer demostrar que era tonto, vamos como pasa con Albert Pla. Uno que yo me se me sigue debiendo los 12 euros de la entrada.
NACHO VEGAS, primera ley de la calle: «no vuelvas nunca a la escena del crimen». HabÃamos disfrutado el año anterior con el concierto que un inspirado Vegas habÃa ejecutado tambien en el Antzoki. Incluso habÃa realizado una emocionante version del Baga biga higa de Mikel Laboa con banjo. Pero lo que nos ofreció meses después en la misma sala fue otra cosa. Un Nacho crecido ante una sala plena, llenita de gente dispuesta a besar bajo sus suelas, y se les fue la mano con el JB, botella que se pasaba de mano en mano y con la que bromeaban como chavalitos de 15 aos que juegan a hacerse los borrachos. El resultado patético.
LEONARD COHEN, el venerable anciano se mostró sonriente, amable y hasta cercano ante la fiesta oficial que se montó en el BEC con motivo de su recaudación, perdón, gira. La banda sonaba enlatada, amateur, con un saxo más cercano a Kenny G que a John Coltrane, con repetidos descansos del señor dejando paso a minutos y minutos de otra cosa diferente a lo que ponÃa en el cartel. Entre el público corrÃa el cava, y los jerseys al hombro parecÃan el unifome del respetable, lejos de los atuendos indie de los que aseguran haber visto el concierto de su vida en los blogs. Mola decir que has visto a Cohen, pero no asÃ.
TRIANGULO DE AMOR BIZARRO es un grupo que no me acaba de convencer, sobre todo si defienden sus discos en sala de acústica tan deficiente como el museo de reproducciones de San Francisco. Las fotos quedan chulas, pero el sonido es pésimo, además para mà su propuesta está mil veces vista y oÃda y mejor. Por lo demás, decir que el peinado de la cantante es muy chulo.
Y podrÃa hablar de los chavalitos de Aibourne con su prematuro crecimiento, del Columpio asesino con su desnatada propuesta a lo Pixies o de Fangoria con su petardeo por la pasta (¿no decÃamos que no querÃamos vivir del pasado? que malo es el olvido, Gara), pero por hoy ya vale, que seguro que algún tomatazo me acierta, asà que me planto, de momento.
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