Tuvo que llegar el siglo XXI para mostrarme que la música electrónica es algo más que chumba-chumba, para enseñarme que está dedicada a otros contextos diferentes al de la pista baile, para demostrarme que se puede viajar a través de bits aplicados al rock.
Y unos de los mayores responsables de dichos aprendizajes fueron los chicos de Boards of Canada. Y es que acercarse a la música de estos escoceses es (o tiene que ser) como subir un ocho mil: cuesta, sÃ, pero una vez arriba te sientes como Dios.
Y efectivamente, escalar por el casi infranqueable ‘Geogaddi‘ o por la pared del ‘Music has the Right to Children‘ es prácticamente una verdadera proeza. De ahÃ, que encontrarse con una tachuelita como la de su último trabajo largo, ‘The Campfire Headphase‘, está al alcance de todos y es altamente disfrutable, sin que por ello perdamos el oxÃgeno.
Precisamente en esta montaña encontramos el tema que me ha empujado a volver a incluir la electrónica en mi recopilatorio de las canciones de la década. Este ‘Dayvan Cowboy‘ es un tema bastante accesible que sirve, como decÃa al principio, como puerta de entrada a unos universos sonoros realmente interesantes.
Prueben, por tanto, a iniciar el trekking con Boards of Canada, prueben a explorar nuevos paisajes y prueben a pensar en la música desde otro punto de vista.
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