Hace tres años nacieron en Sheffield uno de los grandes hypes de la década: Arctic Monkeys. Estos mozalbetes venÃan a ocupar su lugar en la especie de neo-brit pop que sacudÃa la escena musical internacional. VenÃan a acompañar a los Maximo Park, Franz Ferdinand o los Kaiser Chiefs de turno. Un conjunto capitaneado por Alex Turner que llegó a lo más alto con un muy buen primer disco llevado a los altares por la generación myspace.
Poco a poco, las publicaciones, blogs, radios y programas televisivos dedicados a la música se iban llenando de bandas clónicas, cortadas por el mismo patrón, lo que provocó que cada vez costase más separar el grano de la paja y, por ende, uno se aburrÃa también de los grupos que lo hacÃan realmente bien (Arctic Monkeys)
Ante tal galvana generalizada, imaginarán ustedes que, cuando en 2008 se anuncia el alumbramiento de un nuevo grupo compuesto por los lÃderes de dos de las bandas de esta hornada (Arctic Monkeys y The Rascals), es difÃcil no acercarse con cierto prejuicio al mismo. Más de lo mismo, pensé.
Afortunadamente, cierto dÃa uno se encuentra con una de esas gemas de pop redondas, clásicas pero no redundantes, preciosistas, que beben de los grandes (David Bowie, Scott Walker, sobre todo), que, aún con todo, suenan actuales y lo que es más importante, con personalidad propia.
Y se da cuenta que la firman los dos chiquitos modernuquis de los Arctic Monkeys y The Rascals, los integrantes de un nuevo proyecto llamado The Last Shadow Puppets.
El tema que descubro, ‘Standing next to me‘, me atrapa tanto, me impacta tanto, me gusta tanto, que corro raudo a hacerme con el disco, ‘The Age of the Understatement‘. Y éste me sigue haciendo disfrutar: desde su chulÃsima portada hasta el resto de las 11 canciones restantes, que me transportan a pelis de James Bond, a arreglos orquestales setenteros… En fin, me sorprende que dos chicos de esta generación logren haber hecho un disco tan magnÃfico como éste.
Para acabar, insistir en que ‘Standing next to me’ me parece la canción más grande de todo el LP. Un hit incuestionable y redondo, con un video-clip estupendo (arriba) que merece estar, sin ningún género de dudas, entre mis canciones de la década.
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