**Crónica externa, escrita por nuestro lector y fan irredento de Nada Surf: JOSE LUIS CASAS **
La fecha de hoy estaba marcada en la agenda de mi móvil desde hace meses. El motivo el concierto que los neoyorquinos Nada Surf ofrecÃan en Donostia. Sin embargo, por el camino hubo algunos obstáculos a los que hacer frente: en primer lugar, viajar de Bilbao a San Sebastián y en segundo que el bolo fuera un miércoles.
El hecho de que el 25 fuera festivo en Euskadi allanaba el primero de los obstáculos. Cogà el autobús de las 18:30 y en algo más de una hora me plantaba en San Sebastián. Si en un principio el concierto se anunciaba en el C.C. Intxaurrondo hace semanas que ya figuraba en el C.C. Egia o Gazteszena. Desconozco el motivo del cambio de escenario.
La primera sorpresa mientras esperaba a que abrieran las puertas fue ver que en vez de un telonero, los locales Correos, también habÃa otro, traÃdo por Nada Surf.
La segunda fue conocer a Mathew Caws, el vocalista de la banda. Un tipo muy atento que no dudo en pararse para hacerse una foto conmigo, bueno, en realidad dos, porque la primera nunca salió. Menos mal que al chequear las fotos me percaté de ello y le volvà a abordar, esta vez mientras corrÃa hacia el interior del local, antes de que mi oportunidad se esfumara. Mathew trasmite un buen rollo y una autenticidad total. Llevaba unos cascos negros al cuello y me adelantó que el concierto durarÃa como una hora y media.
Por lo demás, una despistada chica paró delante del local y me preguntó por el acontecimiento que se celebraba. Si me lo hubiera preguntado un par de horas más tarde, la hubiera dicho que si vestÃa con camisa de cuadros ella o su acompañante les gustarÃa el concierto. ¿Por qué digo esto? Porque un estudio realizado por mà me demostró que dicha vestimenta era la que predominaba entre los asistentes: 1 de cada 3 ó 4 la llevaba. En la banda era Mathew quien la vestÃa (tenÃa diferente camisa que cuando se fotografió conmigo, pero seguÃa siendo de cuadros). Hasta yo llevaba camisa de cuadros.
El concierto comenzó a las 11 pasadas, tras casi dos horas de teloneros. Primero los donostiarras ya mencionados Correos que apenas captaron la atención de unas pocas personas, básicamente amigos, con un estilo que ya hemos visto en otros grupos: a ratos recordaban a Vetusta Morla, en otros su estilo era más bien de solos rockeros de guitarras que no parecÃa llevaran a ninguna parte.
Después el sorprendente Ezra Furman, que se metió al público en el bolsillo con la única compañÃa de una guitarra acústica y una armónica y ataviado con un vestido y unas gafas de sol (de las que se deshizo en la parte final)… Bueno, y de una gran voz, aunque por momentos chillaba más que cantaba. Un buen preámbulo de cara a lo que ansiosamente estábamos esperando.
Y llegó. Con naturalidad. Y es que quizá sea ésta una de las señas de identidad de Nada Surf. Salieron como si fueran a tocar delante de un grupo de amigos. Daniel, el bajista, salió con una cerveza y a lo largo del concierto tomó algunas más. Mathew enseguida paró para solventar un problema de afinamiento con la guitarra. Esa cercanÃa con los asistentes les hace ser más grandes.
Además de Mathew Caws, Daniel Lorca y el baterÃa Ira Elliot vinieron acompañados por el guitarrista Doug Gillard. Los estadounidenses empezaron tocando “Clear eye clouded mindâ€, tema potente que incluye el nombre de su último y séptimo disco “Starts are indifferent to astronomyâ€; justo en esa parte del tema la canción toma un segundo tiempo muy propio de la banda. Le siguió el primer single de este disco, la canción “Waiting for somethingâ€. El público, de edades diferentes, coreó el pegadizo estribillo, metiéndose en el concierto. Me alegró, reconozco, encontrar entre los seguidores gente muy joven emocionada viéndoles tocar.
El tercer tema vino del aplaudido disco “The weight is a giftâ€, quizás uno de mis favoritos. Para entonces a un servidor ya le habÃan conquistado. Mientras, Mathew iba ilustrando varias de las canciones en su castellano con acento inglés, con arengas incluÃdas dedicadas a los gobernantes, bien sea el rey, el presidente o quién esté en lo más alto, todo con una voz que sonó toda la noche estupendamente.
En definitiva, que una hora y medio de concierto la que ofrecieron Nada Surf en Donosti, con una buena selección de temas, incluyendo lo más destacado de su repertorio con unas guitarras potentes y un baterÃa entregado, lo que da como resultado que el directo del grupo suena extraordinariamente potente, con un bis, evidentemente, que incluyó la solicitada “Popular†y después las imprescindibles “Always love†y “Blankest yearâ€.
No hace falta decirlo, pero lo diré: abandonamos el local con una amplia sonrisa y con ganas de más. Para los que aguantaron unos minutos a la salida se encontraron con esa ración de más en forma de acústico de “Blizzard of 77†y de “Concrete bed†en la zona de merchandising. Noche completa y un deseo final: poder verles pronto de nuevo y en Bilbao.
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