Vaya por delante que, a pesar de fascinarme, no soy ningún experto en música blues. De siempre ha habido por casa discos de John Lee Hooker, Eric Clapton o BB King, los tÃpicos, y que no hace mucho he descubierto las bondades del sello Monk, que rescatan, además en vinilo, esas viejas grabaciones de los 20 y 30 de gente como Tommy Johnson. Pero desconocÃa, por ejemplo, a Paul Lamb & The King Snakes, a los que han tildado de la mejor banda de blues de Inglaterra.
Paul Lamb tiene una larga carrera a sus espaldas, armonicista virtuoso, inspirado por gente como Sonny Terry, formó su primera banda hace ya 32 años y ha colaborado con gente de la música tan reconocida como Mark Knopfler o The Who, además de con leyendas del blues, propios maestros de Paul.
El pasado viernes salió acompañado de los King Snakes (su hijo Ryan Lamb a la guitarra, Chad Strentz, guitarra y voz principal, Rod Demick al bajo y Dino Coccia a la bateria). Quizás el lugar no era el adecuado (quizás el blues es más de garito que de teatro, aunque sonó perfecto) y quizás el personal era demasiado educado y serio para la propuesta (no hubo aplausos cuando salieron al principio y no se pidió un bis al final, vamos que cuando acabaron, acabaron, una pena).
No obstante el concierto, escasa hora y media, fue disfrutable y ecléctico, presentaron su nuevo disco Mind games, de 2010. Paul lamb no paraba de animar a la gente con una eterna sonrisa, cambiando una y otra vez de armonica dotando de texturas y colores a los diferentes ritmos, su hijo Ryan, guitarrista notable disfrutaba tocando, mientras que Chad Strentz, cuyo aspecto era de todo menos de bluesman, interpretaba los diversos temas con su voz rasgada.
Hubo canciones de todo tipo; blues del Delta, rhythm ´n´ blues, soul, country (version de Folsom prison de Johnny Cash), swing, incluso una especie de reggae con la versión de Games people play de Alan Parson Project. Un concierto agradable, muy light, para todos los públicos.
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