Dos noches seguidas, entradas agotadas y mucha expectación por ver como Quique González defendÃa su último trabajo, Delantera mÃtica, un discazo con muy poquito tiempo en el mercado. Las crÃticas al disco, como siempre, eran buenas y la popularidad del compositor madrileño iba (bueno y va) en aumento, asà que no me lo pensé y acudà el pasado viernes a la bilbaÃna sala bbk.
Me gusta su música pero no soy seguidor ni fan, le descubrà no hace mucho con su disco en directo Ajuste de cuentas y solo le habÃa visto en directo años atrás como telonero de Revolver en la plaza de toros de Vista Alegre, en cambio todo lo que escuchaba de él me gustaba, tenÃa un toque a Antonio Vega, incluso a Enrique Urquijo que me atraÃa. Ya era hora de ajustar las cuentas con él y verle en directo como Dios manda.
El escenario nos dio la bienvenida con cajas de madera, bombillas y una jaula con una pantera (Cayetana) dentro. Descansando veÃamos un montón de guitarras, mandolinas un violÃn, un contrabajo y una baterÃa. Y salieron nuestros (5) héroes. Simpático y nervioso (era el tercer concierto de la gira)se nos presentó un Quique González sonriente y muy agradecido ante la avalancha de aplausos. Poco a poco se fueron desgranando las canciones de su nuevo disco, mientras que asomaban Miss camiseta mojada, Salitre, Kamikazes enamorados y tantas y tantas.
Rockero, lÃrico, con una voz y un sonido en estado de gracia y coreado por la gente que atiborraba la sala, el madrileño disfrutaba en cada canción como un niño con guitarra nueva. Simpático aunque poco hablador (apenas presentaba las canciones y todo fue un fluir de temazos) fue dando al público lo que pedÃa, esto es, otra otra otra, llegando a los tres bises y a las dos horas de buena música. Y aquello acabó y dejó un buen sabor de boca. Tal es asà que me lo apunto para futuras citas. Deseando que vengan de nuevo…
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