Ray Gelato sextet en la sala bbk

Ray Gelato sextet toco en la sala BBK

Como todas las semanas, queridos lectores de Bilbao Confidential, os traigo las cosas del mundo VIP, esos cotilleos de los famosos, las actrices más operadas, los empresarios matones (tranquila mamá, tengo un buen abogado), la jet y sus claroscuros, porque hasta que no nos cierren éste boletin, de la Underwood de vuestro reportero predilecto no saldrán más que verdades. Sé que hay más de uno que nos tacha de amarillistas, de engolar los términos, almidonar las historias para vender más ejemplares. Paparruchas, no es más que la envidia y voy a dar un ejemplo de elegancia y no daré nombres. Los de la 5º avenida ya sabrán a quienes me refiero.

Como ya adelantamos la semana pasada, la actriz Lorna McEvory fue dada de alta en la clínica del Santo Rosario, en la que había estado ingresada por problemas, ejem, respiratorios. La verdad es que cuesta respirar con tanto polvo blanco, eh Lorna? Pero la sorpresa viene cuando me encuentro con Monty Stacatto, el famoso empresario veneciano y pareja de Lorna en el salón Bbk, atendiendo unos negocios, por lo que supongo que la vuelta de Lorna al hogar no ha sido muy alegre. No así el ambiente que ésta noche se vivía en el citado salón de la gran avenida donde nadie parecía querer perderse al gran Ray Gelato que venía a presentarnos su flamante próximo trabajo, que verá la luz el 14 de marzo cuyo nombre será «Hey boy! hey girl!«.

En las mesas pude ver a la, en otro tiempo, promesa del futbol Johnny Carelo, al que no le parecía molestar en exceso esa lesión de rodilla que le impide jugar desde hace dos años, no así cobrar, eh Johnny? Preséntame a tu representante, vale su peso en oro. Su acompañante era una chica rubia, muy mona, y muy joven (¿cuántos, Johnny? ¿16?). Al otro lado estaba Ricky Montanelli, el aspirante a actor. En realidad se llama Fredo, pero le llaman Ricky por Bogart, y es que va siempre dando la paliza con frases de Casablanca. Dicen que una vez se encontró con Joe Pescien una cafetería de la parte vieja y se hizo una foto con él que lleva siempre en la cartera.

En medio del salón se montó un pequeño revuelo con Junior, claro, quién si no, y es que el hijo del jefazo de jefazos, en mandamás de la cementera, volvió a protagonizar un escándalo de faldas con otra casada. El cornudo, al parecer le pidió que saliesen a la calle a ajustar cuentas. El pobre diablo no sabía dónde se estaba metiendo. No por Junior, que no tiene ni media bofetada. Esperemos que en el muelle no vuelvan a aparecer restos de cemento y calzado…

La banda ejecutaba ese swing endemoniadamente rápido, recurrieron en ocasiones a los clásicos (Louis Prima, Gillespie, Ella Fitzgerald). Ray, que a cierta distancia tiene un aire a Tony Benett, hacía de perfecto anfitrión, divertido, teatrero, y toca el saxo como nadie. Algo que no pareció importar a Miquele que, desde que se encarga de las apuestas de caballos no sabe lo que es sentarse a disfrutar de un evento.

El recital duró algo más de hora y media, realmente disfrutable, menos para los que tenían negocios, y ni Junior con sus libertinas aventuras, ni Miquele con sus caballos ganadores, ni Johnny con su rodilla milagrosamente curada, ni los monólogos a la pared de Ricky pudieron enmudecer el concierto que allí se estaba celebrando. Solo esperemos que lo del cornudo no vaya a más y que nuestros enemigos sigan comprando, leyendo y maldiciendo éste periódico. Sin más, se despide vuestro fiel reportero.

J.A.I

Fotografía: sala bbk


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