
¡¿Quién lo iba a decir?! Una revista tan vanguardista, tan cool y tan moderna no parece que cumpla nunca años. Resulta imposible porque la visión que, al menos yo, tengo de Rockdelux es de que está siempre 10 o 15 años adelantada a la actualidad.
Pero no. Rockdelux cumple 25 años, un cuarto de siglo de una publicación especializada en música y que, a pesar del advenimiento de múltiples sitios digitales también centrados en esta temática, asà como otros en papel de carácter gratuito, se mantiene en los kioskos mes a mes.
Y a lo mejor lo hace porque es un medio de esos que no deja indiferente. De esos que odias o amas. Que acierta desde el momento en que siempre genera algo, abucheos o aplausos, pero nunca silencio. En cierta forma, es una referencia, a 5,10 euros mensuales, a la que muchos hemos acudido o acudimos.
Una revista a la que se le pueden criticar muchas cosas. Algunas objetivÃsimas, como, por ejemplo, la mierda de edición digital que tienen online, y otras de carácter más subjetivo o personal: su lÃnea editorial, algunas de sus crÃticas, algunas de sus elecciones…
Pero sigue siendo la Rockdelux a la que acudimos cada 6 de enero en busca de lo mejor del año, la Rockdelux que siempre buscamos en el kiosko para echar un vistazo al CD y a la portada, la Rockdelux de la que hemos aprendido palabras como dubstep, shoegazer, mash up, post-folk o mainstream…
En fin, que, por lo bueno y por lo menos bueno, desde LFA queremos felicitar a esta publicación y a todo su equipo por sus bodas de plata, reconociendo que, aunque cada vez acudamos menos a ella, Rockdelux nos ha acompañado y nos ha hecho aprender mucho sobre esta pasión que nos empuja a darle a la tecla en este mismo espacio. Felicidades Rockdelux!!
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