PermÃtanme que rompa con la dinámica cronológica que habÃamos seguido en el repaso de las dos jornadas anteriores del Wintercase y hoy comencemos esta crónica con el segundo de los conciertos que se celebraron el pasado sábado 18 de noviembre en el Fever.
Y, ya de paso, permÃtanme que comience dicho relato con un sonoro y sintomático exabrupto: ¡Puta Ignorancia! Sà amigos, puta ignorancia por no haber descubierto hasta el sábado a un mega grupo como los Violent Femmes. Puta ignorancia por no haber botado y coreado cada uno de los temas como el 90% del público que abarrotaba la sala bilbaÃna.
La verdad es que ya nos olÃamos algo el amigo Jaet y yo cuando comprobamos que el recinto se llenaba sobremanera. Encima veÃamos como la media de edad del público era bastante alta (ni comparación, evidentemente, con la del bolo del pasado jueves)
Pues eso, que empezábamos a entender que Violent Femmes podrÃan ser algo más de lo que pensábamos. Es más, minutos antes de la actuación de los norteamericanos, un amigo (saludos Alberto!!) se llevaba las manos a la cabeza al saber que no conocÃamos a los Violent Femmes, nos recomendaba encarecidamente su primer y homónimo disco y nos avisaba de que nos preparáramos para un directo brutal.
Y, ciertamente, el amigo Alberto no podÃa estar más en lo cierto. Sobre el escenario aparecieron tres veteranos músicos y un jovenzuelo (que tocarÃa la caja flamenca) para exaltación del respetable. Y una vez sonaron los primeros acordes del primer tema de su repertorio (que, por cierto, conocÃa ya que lo utilizan para una cuña de una radio local) el Fever se convirtió en una verbena sureña, en una fiesta bluegrass, en una bacanal blues, en una jarana rockera, en una rave punk, en… se me acaban los calificativos.
Sea como fuere, disfrutamos de lo lindo gracias al virtuosismo en la percusión, en los vientos (con un casi ocotgenario saxofonista con más espÃritu que aquà un veinteañero), en la guitarra (eléctrica y acústica), con el mozo del cajón, con un Profesor Bacterio que inventaba instrumentos y un ambiente sobre el escenario que encendÃa hasta al más sosainas.
No sé si es que el Jaet y el menda estamos acostumbrados y saturados de sonidos británicos o qué, pero recordaremos este concierto siempre con una sonrisa de goce en la cara y nos daremos con un canto en los dientes por el descubrimiento de esa América profunda.
Y, por lo demás, antes de la fiesta de los Violent tocaron… estooooossss, sÃ, joder…. los Arab… ¿Strap?, je. SÃ, los escoceses ofrecieron uno de sus póstumos directos para bastante menos gente que la que luego llenarÃa la platea.
Un concierto tenso, con un cantante que posiblemente se pasó con las garimbas (como se nota que él no tendrÃa que pagar los cuatro eurazos que cuesta cada birra) pero que, aún asÃ, dejó momentos intensos marca de la casa.
Pero lo dicho: la jornada fue para los Violent y la crónica de hoy casi que también. Nos vemos el sábado silbando el «Young Folks» de los Peter Bjorn & John!!
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