Los lectores-sufrientes furgoneteros ya saben que por aquà somos muy proclives a hablar de las editoriales más pequeñas, más independientes, más interesantes y, claro, era cuestión de tiempo dar con Pepitas de calabaza, una editorial a la que yo tengo cierto cariño por varias razones. Una, la más subjetiva, porque yo soy medio riojano, concretamente medio logroñés, donde tengo buena parte de la familia (la parte paterna) y allà conocà ésta editorial, logroñesa a su vez. Otra, también subjetiva, pero menos, porque fue leyendo un pequeño librito de la editorial Memorias de un señor bajito cuando descubrÃ, hace años, el trabajo literario de Rafael Azcona, uno de mis maestros. Por aquellos dÃas también leà un tratado sobre patafÃsica que me descubrió a Alfred Jarry. Casi nada. Y a pesar de autodenominarse, jocosamente, una editorial con menos proyección que un cinexÃn (slogan que acompaña cada volumen) voy a intentar difundir su catálogo lo más que pueda.
Ayer puse un tuit en el que decÃa el mejor libro que ha caido este año en mis manos es de 2006 no está escrito por un escritor y lo estoy devorando. Es de los obligados. Y traté de dejar en suspenso el tÃtulo, pero lo acabé revelando poco después. Es lo que tienen las redes sociales, te permiten compartirlo todo, pero hacen que te traiciones constantemente. Pues sÃ, los diarios de Iñaki Uriarte, ahora ha salido un segundo volumen, es uno de esos libros que caen en tus manos, y desde la primera página se convierten en clásicos. Lo notas entre tus dedos. Para el que quiera datos de su autor diré lo que pone en la solapa del libro: «Iñaki Uriarte nació en Nueva York (1946), es de San Sebastián y vive en Bilbao«, y a pesar de lo que pueda parecer es la mejor descripción posible, ya que la vida de éste crÃtico literario y columnista es asÃ, de aquà y de allá.
Sus diarios no son diarios al estilo clásico, no indica ni el dÃa ni el mes, el volumen está dividido en años, los que trascurrieron entre 1999 y 2003 y sus anotaciones no son tanto lo acontecido en las 24 horas precedentes, como pensamientos, dilucidaciones sobre lo humano y lo divino, su idea sobre lo literario, pero no solo sobre eso, ya que el arte sobrevuela cada frase del libro. Hasta aquà todo podrÃa ser más o menos común a mil y un libros ya publicados. ¿Qué es lo que hace que el volumen sea tan brillante? Pues precisamente que un «no escritor» en el sentido de creador de libros, sepa tan profundamente como crear dicho artefacto sin que sobre una sola lÃnea, consiguiendo una lectura ágil, brillante, profundamente reflexiva, dando en el clavo en las casi 190 páginas. Y es que los textos breves de Iñaki Uriarte tienen el don de lo concreto y de lo acertado. Comentarios sobre escritores, sobre libros, pero también sobre cosas cotidianas.
A menudo he encontrado esas cosas que he pensado/sentido muchas veces y que no habÃan pasado al terreno de las palabras, en ocasiones ni siquiera al de las ideas, y de pronto están tan bien explicadas con las palabras justas. Lo he convertido desde ya en libro de cabecera, de esos que guardas en el cajón de la mesilla cuando una noche no puedes dormir (o soñar) y necesitas inspiración. Gracias Iñaki Uriarte por éstos diarios y gracias pepitas de calabaza por la oportunidad de leerlos.
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