Nada más entrar en la sala Santana 27 el pasado sábado (9 de Febrero) ya te dabas cuenta que el concierto de La Casa Azul que nos disponÃamos a presenciar iba a ser algo especial. Primero por la sorpresa expresada por muchos de los asistentes ante la presencia masiva de treintañeros (en los que nos incluÃamos el 50% del grupo con el que iba) y la ausencia casi total de Lollipop girls, y segundo por la parafernalia montada sobre el escenario.
La sala no estaba llena, aunque habÃa buena entrada y sobre todo un público entregadÃsimo, pues según el señor Guille Milkyway se subió al escenario y comenzó con «La Revolución Sexual«, toda la sala empezó a botar, bailar y acompañar con sus coros al hombre orquesta responsable de este proyecto, que deberÃa ser Eurovisivo, que es La Casa Azul.
Y es que desde que empezó el concierto hasta las últimas notas del mismo, todos y cada uno de los asistentes dio lo máximo de sà en esa fiesta de locura y frenesà en la que nos sumergió Guille.
Un concierto en el que estuvieron todos los temas que debÃan estar y en el que faltaron todos los demás, pues a pesar de que se hubiese prolongado hasta el infinito, los presentes no hubiésemos parado de dejarnos la piel, los pies y la voz en ese conciertazo que presenciamos.
Y aunque al final del concierto nos pareció que Guille iba un poco tocado, haciéndonos participes a todos los asistentes de ese momento de exaltación de la amistad y los sentimientos que llevan implÃcitas muchas borracheras (e involucrándonos en la llamada de atención a los comensales de la mesa de la sala de arriba), se lo perdonamos todo gracias a lo que nos hizo disfrutar.
Dudo que a lo largo de este año presencie un concierto en el que la gente este asà de entregada desde el primer tema, y en el que el escenario parezca tan lleno, a pesar de solo haber un artista sobre él (acompañado de 5 televisores gigantes desde los que le escudaban las representaciones digitales de sus «robots»). Por eso he decidido nombrarlo desde ya mismo como el mejor concierto de este 2008.
Deja una respuesta