Entrevista con Alberto Vázquez-Figueroa

Alberto Vázquez Figueroa

Leer la biografía de Alberto Vázquez-Figueroa es como leer un libro de aventuras, tan increíble que parece salido de la pluma (o máquina de escribir) del propio escritor tinerfeño. Apabullan los datos de su vida, ya sea como periodista, escritor o inventor. Su curriculum vitae sería un best-seller en caso de ser escrito, a pesar de los varios libros autobiográficos que ya existen.

No es nuevo decir que es, quizás, el escritor más prolífico de nuestro país con casi 90 libros escritos y publicados (a saber cuantos más tiene en cajones…) a los que se sumará otro en poco más de un mes, y es que poco antes de la conversación telefónica que acabo de tener con él, ha presentado a la editorial lo que será Bimini, su nueva novela, donde toca el tema del carbón (aportando soluciones al complejo problema de la minería) y se cuestiona el concepto de la navegación, cuyo modus operandi no ha variado ni un ápice en 4.000 años.

Hablar con Vázquez-Figueroa es acudir a un master en mil y un temas, y sé que esta exageración le puede incomodar al autor de Tuareg, el libro del que más orgulloso está (quizás el único), pero resulta apasionante hablar con una persona a lo largo de casi 40 minutos y apenas tocar el tema de los libros (una de las ideas iniciales de la entrevista), y es que no le gusta hablar de literatura. Pero vayamos a lo que interesa, a sus palabras.

La Furgoneta Azul. Para escribir tantos libros será necesaria una disciplina laboral muy estricta. ¿Sigues alguna?

Alberto Vázquez-Figueroa. Ninguna. Me apasiona escribir, me divierte contarme historias. No me aplico ningún horario ni momentos especiales en el día. Escribir, en mi caso, sería como acostarse con una chica estupenda. Puede ser divertido pero no por obligación ni a una determinada hora. Yo cuando escribo trato de descubrir cosas, nunca sé lo que va a pasar en la siguiente página, y eso puede llegar en cualquier momento. Me gusta mucho conducir solo por la autopista, es un buen momento para pensar.

LFA. Al leer tus novelas tengo la impresión de que no te interesa hacer literatura. Que tienes una idea, denuncia o mensaje que dar y lo envuelves en una historia en apariencia sencilla, de fácil digestión. Como de best-seller.

AVF. Es como una medicina, mejor tomarla como un caramelo o un bombón. No me interesa hacer literatura, al fin y al cabo todas las palabras están en el diccionario. Tú puedes hacer un libro y luego tratar de cambiar las palabras para que el libro parezca más culto. Pues no señor, eso no me interesa. Es más interesante el tema de los mineros o el concepto de la navegación que el estilo más o menos engolado. No hay que torturar al lector.

LFA. Cuando se busca sobre ti en internet aparecen los títulos «escritor e inventor» ¿Es difícil que te tomen en serio como inventor siendo un escritor de éxito?

AVF. A mi en España ha habido quien no me ha tomado en serio, incluso siguen sin tomarme en serio en determinados temas, aunque en parte porque al Gobierno no interesaba lo que proponía. A mi me da igual si me toman en serio o no, después de toda una vida haciendo cosas, con casi 90 libros escritos y publicados no me interesa que piensen que soy tonto, si alguien lo piensa es que el tonto lo es él. Por eso no me importa decir que la mayoría de mis libros son malos. No tengo que probarme nada. He ido muchos años de mi vida con la bandera de pendejo.

LFA. En una entrevista de hace 10 años te escuché decir que no hablabas ni de política ni de religión, en cambio ahora varios de tus libros hablan mucho (y se mojan) de política.

AVF. De religión no hablo nunca, porque lo único que está claro es que Dios se tomó unas vacaciones hace mucho ya y antes no me gustaba hablar de política, pero ahora no me queda otra. Tenemos unos políticos que son una vergüenza, pero el problema no es lo que roban, si no lo que destruyen para robar. El despilfarro para generar una serie de desaladoras que no se han llevado a cabo, y la impunidad de esos actos son una vergüenza. Hoy te roban todos, los de derechas y los de izquierdas.

LFA. Hoy las ideologías están diluídas…

AVF. Hoy no hay ideologías, no hay derecha ni izquierda. Yo tuve afinidad por la izquierda, incluso por temas familiares, pero hoy ves que todos te roban, que los partidos (que son La excusa) roban sean de un lado u otro.

LFA. ¿Hay algún tema del que no hablarías en tus libros? ¿Te autocensuras?

AVF. ¿Por qué iba a hacerlo? No, yo hablo de temas que me interesan o me gustan. No hay nada de lo que no hablaría.

LFA. Por último ¿Qué opinas de las redes sociales, de escribir y publicar al momento?

AVF. Me parece maravilloso, yo tengo un blog en el que escribo y planteo cuestiones, incluso veo que hay lugares donde los seguidores hablan de mi, pero no es bueno leer muchas cosas de esas, para no convertirte en un pedante.


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