Hace ya muchos meses, me acerqué al megastore en el que suelo comprar mis discos. Mi intención era adquirir algo que sonara parecido al trabajo ‘Places and spaces’ de Donald Byrd, un álbum de jazz bailongo en el que, por cierto, encontrarán una estupendÃsima versión del ‘Just my imagination’ de The Temptations.
De esta forma, fui atendido por el especialista en este tipo de géneros negroides y comenzó a sacarme diferentes discos: recuerdo a Señor Soul, George Benson, Wes Montgomery… Y, entre ellos, me llamó la atención la portada de uno, más que nada porque la instantánea que dominaba la carátula mostraba a su protagonista y éste era BLANCO.
Cuestionado por este detalle, el trabajador de la tienda me explicó que se trataba de Georgie Fame, un pianista (Hammond) y vocalista de jazz británico, que le daba al R&B de la época (años sesenta) cosa mala, uno de los representantes de lo que se conoce como Blue-Eyed Soul, con una elegancia propia de su procedencia y que estaba muy bien considerado en los cÃrculos más selectos de la aristocracia mod.
Asà pues, tras escuchar un poco a este tal Georgie Fame, me hice con su disco ‘Two Faces of Fame’ y, en efecto, se daban algunos de los preceptos señalados; a pesar de ello, siendo bastante bueno, me dejó un regusto como a bastante clásico, como a un exceso inesperado de jazz vocal, género que, aunque no me desagrade, tampoco es que me encandile en exceso.
Pero eso fue hasta que organizamos las segundas Funk Sessions, en el Pub Alaska de Barakaldo. Tras la sesión de quien abajo firma y la de DJ Jabu, llegó el turno de Kepa, un enciclopédico melómano, quien hace unos años fue quien estuvo detrás de ese dadaÃsta y surrealista proyecto llamado ManiquÃes.
Mientras Jabu se decantaba por una sesión más disco y yo combinaba sonido Motown con éxitos soul de toda la vida, Kepa mezclaba de forma más que acertaba R&B, ska, soul y trallazos sixties que hacÃan las delicias de los allà presentes.
De repente, un tema llama mi atención: el ritmo frenético del mismo y la grandÃsima voz del artista me atraparon al momento; de esta forma, me acerqué hasta la cabina y le cuestioné a Kepa por ese último tema que acababa de pinchar. Me dijo que se trataba de un soulman británico de nombre Georgie y de apellido Fame. Era el mismo Georgie Fame del, por momentos, sosegado ‘Two faces of Fame’ que habÃa adquiridos unas semanas antes.
A partir de ese momento, he continuado explorando la carrera de este artista; he descubierto su querencia por sonidos ska e incluso rock; he descubieto a The Blue Flames, conjunto del que Fame formó parte; he sabido que gracias a personajes como Gergie Fame el concepto de club tiene mucha más elegancia en esa época que en la actual; y, por supuesto, he aprendido a disfrutar de ese ‘Two faces of Fame’ y de muchas de sus canciones.
Georgie Fame: pura elegancia británica con sabor, olor y color al negor del otro lado del Atlántico.
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