Hace un par de meses ya avisábamos que se acercarÃan lluvias y frio (tómese en el sentido que se quiera), cuando hablábamos del último libro de Mikel Alvira. Hablábamos de una presentación austera, cercana, sincera, con la inevitable emoción de una persona que acaba de engendrar una pequeña criatura que empieza a dar sus primeros pasos. No sé si Mikel Alvira sufre ahora el sÃndrome de nido vacÃo, ignoro si pergeña otra nueva criatura, siquiera sé si está ahora mismo disfrutando de una caipirinha en una costa soleada, lejos del faro de Santa Elena. No lo sé, apenas me queda el recuerdo de las últimas frases compartidas en la tan mentada fiesta de La furgoneta, donde le prometà dos cosas: A) Leer su libro y B) Quemarlo inmediatamente. No sé si dichas promesas le gustaron o no, yo al menos tengo una opinión y es que los escritores prefieren que un libro suyo sea devorado por las llamas que por las termitas. Solo decir que cumplà una promesa. De momento.
Llegará la lluvia, última novela del autor de El silencio de las hayas, cuenta una historia que son dos realmente, aunque si miramos más detenidamente son tres, o cuatro, casi podrÃamos aventurarnos a decir que son 360 historias (casi una por página) y es que la capacidad de narración de éste pamplonica-barakaldés podrÃa dejar a Sherezade sin nada que decir. Aunque si hemos de ser rigurosos, en ésto de las formas y tal, los pilares de la obra son dos, uno edificado en 1910 y otro en 1980. El primero, un férreo pilar que se asienta en la figura de Fernando Uribe, un personaje excepcional, carismático e inolvidable, excelente padre marido y amigo, con un terrible secreto y un sueño por cumplir. Un personaje excepcional que se mueve en unos años convulsos, de muchos cambios polÃticos, simientes de nuevas sociedades. El segundo pilar, setenta años después, nos viene de la mano del nieto de Fernando, Nando, también en una situación polÃtica llena de miedos, y esperanzas, más cercana (en tiempo) al lector y, quizás, en situaciones que se describen con soltura.
La novela, a pesar de tener un punto de partida complejo, está resuelto con sencillez por una prosa ágil, sencilla (que no básica), algo que es realmente difÃcil, y con dosis de ternura, humor, dramatismo e intriga. Los ingredientes perfectos para convertirse en un best seller, y desde aquà lo deseamos. Si a todo lo que he comentado, añadimos poemas de Benedetti, solo nos queda recomendar encarecidamente la lectura de éste libro. Y esperar poder tomar nosotros también una caipirinha en una costa soleada, o en el mirador del faro de Santa Elena.
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