Y la segunda cita, esta vez con el soul más cool y motownero fue en la incómoda sala Azkena, cuya manÃa de anunciar los conciertos a una hora incorrecta (siempre empiezan una hora más tarde de lo anunciado) no me permitieron disfrutar el bolo como se merecÃa. Lo cual no quita que en dicho local siempre se escuche buena música, algo a agradecer. Cambios de última hora hicieron que pasase del Kafe Antzokia al citado Azkena, y no por bajas ventas, ya que la salita estaba llena.
Los más de 40 años de profesión hacen de Lee Fields un veterano desconocido, hasta el punto de que muchos creen que es un recién llegado. El que fuera apodado el pequeño James Brown tiene la voz perfecta que se busca en el soul, pero no solo eso, ya que su manera de estar en el escenario (en este caso con los Expressions apretujados y un poco incómodos) nos trae a la memoria toda aquella época dorada. Presentó su nuevo disco Faithful man.
Funky, soul, y unos temas para degustar con una buena copa en la mano, en un ambiente más cálido y menos sudoroso e incómodo. Una maravilla que esperemos se vuelva a repetir en breve, en las condiciones que se merece. Y esperemos que el Azkena reconozca que lo suyo son los cantautores o los monólogos de humor.
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