En este blog no hemos sido muy dados a comentar muertes de músicos, yo personalmente no se nunca que escribir, mi vocabulario para estos momentos es más bien limitado, quizá las más literarias manos de lucce y sobre todo de krapolis serÃan más adecuadas para escribir una entra de homenaje a Pedro San MartÃn, bajista de La Buena Vida que ha muerto este fin de semana en un accidente de tráfico en Burgos volviendo de un concierto de Nacho Vegas.
Pero tras el ajetreado dÃa que tuve ayer, y con la calma que se respira en mi salón tras despertarme a las 5 de la mañana, me veo en la obligación de presentar mis respetos a uno de los integrantes de uno de los grupos que más admiro, y el que aquà hemos presentado como bajista, a lo largo de la vida del grupo fue cogiendo responsabilidades, acabando por añadir las labores de compositor y arreglista a sus funciones en el grupo.
El protagoniza, bueno mejor dicho el grupo, el recuerdo de uno de los mejores conciertos que he visto en mi vida, precisamente al que asistà con los anteriormente mencionados lucce y krapolis (al menos asà se refleja en mi memoria). Aquel dÃa, en un poco concurrido Kafe Antzoki de Bilbao, saldé la gran deuda que tenÃa con La Buena Vida al verlos en directo. No fue un concierto al uso en cuanto a nuestras funciones como público, pero deparó uno de los más divertidos a los que he asistido, cuando con mis acompañantes empezamos a desgranar una a una las letras de las canciones y elaboramos un auténtico culebrón en el que el galán de turno, interpretado por Mikel Aguirre, se esforzaba en enamorar a su amada, Irantzu Valencia, que no le correspondÃa en sentimientos.
Nada más que decir, pues no se que más escribir, solo puedo darle las GRACIAS, dirigirme hacia el reproductor, cargar en él alguno de los discos del grupo, y dejar que La Buena Vida, sigan teniendo un papel protagonista en mi banda sonora personal.
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