Odio el taxi. He cogido tal animadversión a dicho medio de transporte que, una semana después del festival, se me siguen poniendo los pelos de punta cuando veo que uno de ellos pasa a mi lado y resulta ser una ensoñación o, simplemente, inalcanzable. Todo, como sabrán, producto de la terrible noche de la primera jornada en el Summercase.
A pesar de ello, dicho trauma no fue óbice para que Radio Taxi de Móstoles fuera de nuevo el encargado de desplazarnos hasta Boadilla para asistir a un último dÃa de festival que apuntaba desde el principio como dÃa grande.
En esta ocasión llegamos un poco tarde. El dÃa invitaba a tomar unos refrigerios en los jardines adyacentes al recinto, actividad que nos impidió que pudiésemos asistir a los directos, entre otros, de los DIRTY PRETTY THINGS o CLOVIS. En fin, otra vez será.
Si llegamos para ver el último tema de ASTRUD (“Todo da lo mismoâ€, creo recordar) y ver, en consecuencia el look de la pareja barcelonesa: gorrito tirolés y shorts para Manolo y una mini cortÃsima junto a zapatos de aguja para el bueno de GenÃs.

Mientras acondicionaban el escenario para la actuación de los BELLE & SEBASTIAN, al lado estaba comenzando el bolo de ADAM GREEN. El ex Moldy Peaches y sus contorneos fueron también ninguneados por los conductores de La Furgo que prefirieron acudir a repostar a una de las cercanas barras.
Cañita pa aquÃ, cañita pa allá, se hizo tiempo para llegar animadillos al siguiente directo. Pero, aunque la ingesta de estos muchachos se hubiese basado exclusivamente en agua y zumos (que no fue el caso), la animación hubiese estado igualmente asegurada gracias al gran espectáculo que ofrecieron BELLE & SEBASTIAN. Stuart Murdoch, su lÃder, transformado en un mega front man, interactuó de forma muy positiva con un entregadÃsimo público, que coreó una a una la colección de hits que ofrecieron los escoceses, quienes revisaron su discografÃa con temas como “Electronic Renaisance†o “The boy with the arab strapâ€, además de centrarse en sus luminosos dos últimos discos, de los cuales rescataron joyas como “I’m a cuckoo†o “The blue are still blueâ€. En definitiva, un buen concierto en el que todos acabamos contentos: los fans por el tracklist elegido y los neófitos por la fiesta que se vivió.
Vuelta a la carga. Ahora toca hacer tiempo hasta otro de los momentos esperados de la noche: el directo de SIGUR ROS. Mientras, que mejor forma de hacerlo que, cervecita en ristre, degustar el buen directo que los galeses SUPER FURRY ANIMALS ofrecÃan en ese momento. Con una puesta en escena menos carnavalesca que en anteriores directos (esta vez no hubo ‘yetis’), los Animales Super Peludos sà contaron con un apoyo visual que describÃa a la perfección su propio sonido: psicodelia y guitarras fuertes y envolventes, además de servir también para ofrecer las proclamas izquierdistas que los galeses suelen invocar en sus conciertos: “Todos los gobiernos son asesinos y mentirososâ€.

Con ese mensaje, nos subimos, de nuevo, a la montaña rusa que nos transportarÃa ya durante el resto de la noche. Les recuerdo: el viaje comenzó con los BELLE & SEBASTIAN ascendiéndonos hasta lo más alto, posición en la que nos hemos mantenido con los SUPER FURRY ANIMALS, para, ahora, descender con los islandeses SIGUR ROS. Descenso a profundidades oscuras e inhóspitas. El viaje ya de por sÃ, es muy diferente respecto a todo lo visto hasta ahora. Colocados en una de las carpas, en la cual no cabÃa un alfiler, el escenario está tapado con un telón traslúcido tras el que diferentes sombras comienzan a emitir música, melodÃas que transportan al público a otros lugares, de los que se sale, con una luz muy brillante llamada “Hoppipolaâ€, para regresar a las profundidades. Tras un periodo en el que los islandeses enseñan la cara y nos muestran el gran equipo que son (amplio conjunto femenino de cuerda incluido), el telón vuelve a echarse para ofrecer nuevamente sombras, esta vez acompañadas de imágenes que, a su vez, se asociaban a una eclosión musical que llegó a poner los pelos de punta, para que finalmente, el telón volviera a abrirse para poder leer un gran ‘Takk’ (Gracias) que no fue suficiente para el público allà congregado que exigió, algo que nunca habÃa visto en conciertos y festivales de estas caracterÃsticas, que SIGUR ROS regresaran al escenario, hasta por tres veces, para recibir una de las ovaciones más grandes que recuerdo.
Impactados todavÃa por la intensidad de este pasaje del viaje, no hay descanso y, desde la lejanÃa existente entre un escenario y otro, comenzamos a escuchar ritmos de baile, bajos brutales y la percepción de un subidón imparable. Nuestras sospechas se confirman cuando nos aproximamos al escenario principal, el cual se ha transformado en la increÃble nave de dos androides franceses que están poniendo el Summercase patas arriba. DAFT PUNK han congregado, posiblemente, a la mayor cantidad de gente durante todo el festival y, es más, toda esa peña mantiene una actitud más que activa, sin poder parar de moverse.
Pero el viaje no hace paradas y el trayecto está marcado. Los padres del Trip-Hop comienzan en breve y serÃa un error faltar a esta cita (aunque, por otra parte, la misma sensación de la noche anterior con los HAPPY MONDAYS irrumpe) En efecto, MASSIVE ATTACK van a subir a las tablas y la fiesta de DAFT PUNK aún retumba desde la lejanÃa. Dicho jolgorio queda apaciguado pronto cuando los de Bristol comienzan su sesión y transmiten un poco de la deliciosa calma marca de la casa. El humo aumenta y la gente hace movimientos de cabeza sinuosos y tranquilos, cierra los ojos y hace aspavientos de paz, sensaciones estas que se ven alteradas con hits como “Teardrops†o la televisiva “Angel†o “Inertia Creepsâ€, por no hablar del estallido del público cuando suenan los primeros acordes de “Unfinished Simpathyâ€. Pasados estos momentos de sosiego, MASSIVE ATTACK finalizan su bolo con unos desarrollos larguÃsimos que hacen que la intensidad sea recordada y nos mantenga en vilo para las siguientes propuestas.

MAXIMO PARK, se hicieron de rogar, y para aguantar la espera se podÃa ver una tela gigante que cubrÃa toda la parte de atrás del escenario con el nombre de la banda o nos deleitaban los técnicos de sonido con punteos sin sentido. Una vez se apagaron la luces salió el grupo con una intensidad quÃmica digna de cualquier laboratorio farmacéutico para mostrarnos todo un repertorio de intensidad y buenas canciones, repasaron casi todos los temas de su disco de debut y no falto la esperada Apply Some Plesure. La verdad que hacerles coincidir con el final del concierto de DAFT PUNK o el concierto de MASSIVE ATTACK, hizo que se pudiera disfrutar del concierto sin apreturas.
Tras este descanso intenso, volvemos a la fiesta, protagonizada, en este caso, por FAT BOY SLIM. Quien fuera miembro de conjuntos como House Martins o Freak Power, con un look totalmente guiri, se abalanza sobre los platos para convertir la explanada del Summercase en una macro rave salvaje en el que la gente no para de botar y bailar. Personalmente, la propuesta del británico me aburrió a los pocos minutos y, con todo, preferà ceñirme a dictados indies más ortodoxos, lo que me llevó hasta la carpa del DJ AMABLE, personaje con el bailamos hasta el amanecer gracias a una de esas sesiones en las que los hits del momento se suceden y se ensamblan sin parar.
La primera edición de este festival acaba como empezó: con buena música, buen ambiente y diversión. Este texto acaba como empezó: criticando al gremio del taxi porque, aunque esta vez no tuvimos que esperar varias horas para poder acceder a uno, esto fue asà porque dos profesionales del sector decidieron hinchar un poquito el precio para poder llevarnos a nuestro hotel.
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