Una de las mayores capacidades que tiene la música, asà como otro tipo de disciplinas artÃsticas, es la de evocar situaciones, paisajes, lugares, instantes… conocidos o no. Vividos o no. Desde hace unos dÃas estoy viviendo una especie de deja vú (o cómo coño se escriba), una especie de regresión sonora a otros tiempos ya pasados.
No es la primera vez que me ocurren este tipo de cosas. No es la primera vez que un grupo contemporáneo o actual practica un estilo anterior calcándolo de tal manera que, como digo, te teletransporta a otras épocas. Me pasó con los Dungen, grupo sueco que, a pesar de editar su disco ‘Ta Det Lugnt’ en 2004, su sonido te llevaba directamente a la campiña inglesa de los años 60 (puesto hasta arriba de ácido, eso sÃ)
Pues eso, a lo que Ãbamos, que me ha vuelto a pasar. Lo que últimamente veo mientras escucho el trabajo que no puedo parar de pinchar en mi reproductor estos dÃas son camisetas a rallas horizontales y Adidas Gazelle; veo pelos largos cuidadosamente despeinados; veo el FIB en el velódromo. Escucho a los Ride, a los Pastels, a los Cocteau Twins, a los Trembling Blue Stars e incluso a los House of Love. Acompaño a mis amigos teenagers al local de ensayo a aporrear guitarras e intentar sacarles distorsiones imposibles. Escucho en Radio 3 ‘Mi hermana pequeña‘. Veo indie. Vuelve el indie. Vuelvo al indie.
Vuelvo, por tanto, a aquellos noventa que tanto molaron, en los que consumÃa música incansablemente, a aquella época pre-internauta en los que coleccionaba canciones y discos de forma patológica en formato fÃsico…
Vuelvo al indie de la mano de un grupo de 2009 (o disco editado este año) llamado The Pains of Being Pure at Heart y su trabajo homónimo. Como en el caso del conjunto sueco que les comentaba anteriormente, estos neoyorkinos tenÃan que estar en la escena en el año 93, y no más de 15 años después, mirándose a los pies como buenos shoegazers.
MagnÃfico LP con todas las influencias antes citadas, pero sonando con una gran vigencia. A apuntar, a recordar y a guardar en esa caja donde se apelmazan todos esos discos que empezaban a acumular polvo. Mola mucho. ¿Volverán realmente los noventa?
PD: escucha el ‘The Pains of Being Pure at Heart’ de The Pains of Being Pure at Heart aquÃ, recuerda tener instalado Spotify (si no lo tienes te invito, maja)
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