Cuando te ha gustado mucho una novela es peligroso ver la adaptación al cine. Está el sambenito ese de «me gustó más el libro«. Pero cuando la novela es una de las más divertidas que has leÃdo el riesgo es mayor. La primera vez que leà Wilt recuerdo que no podÃa reprimirme las ganas de reir en alto, y es que la salvajada de Tom Sharpe o te echa para atrás o te arrastra en su delirio. Recuerdo que se hizo una versión cinematográfica en 1989, dirigida por Michael Tuchner, y protagonizada por Smith y Jones, un dúo humorÃstico ingles de moda por aquellos años que, aunque divertida, no llegaba a aprovechar todas las posibilidades del texto. Volvà a leer el libro años después y me volvió a encantar y volvà a ver la pelÃcula años después y me gustó algo más.
Pero hoy no voy a hablar ni de la peli, ni del libro, ni siquiera de Tom Sharpe (autor al que adoro aún reconociendo sus limitaciones), y es que el pasado viernes 9 de marzo en el Teatro Barakaldo se estrenaba la versión teatral de dicha obra, y los valientes no eran otros que los de Ados Teatroa. Desde que và por primera vez el cartel de la obra me pregunté cómo llevarÃan a cabo la representación, ya que la novela no me parece muy representable (muchas localizaciones, muchos personajes, dificultad en algunos momentos que requieren más la imaginación que otra cosa…) y por eso no dudé en acercarme al teatro y verlo con mis propios ojos.
La puesta en escena es sencilla, dos banquetas y una pantalla. En dicha pantalla se proyectan escenas de la ciudad, del politécnico en obras (el que no haya leÃdo la novela no sabe lo importante de dichas obras en ésta historia), de la comisaria etcétera. Actores cinco, personajes un montón y es que a excepción de Mikel Laskurain (Wilt) e Isidoro Fernández (Flint) el resto de los actores (la estupenda y realmente divertida Aitziber Garmendia, Miren Gojenola y Koldo Losada) hacÃan varios papeles.
Obviamente la obra tiene sus trucos (la utilización de la pantalla, el recurso del flashback para agilizar la narración) pero trata el texto completo y consigue dotar al conjunto de la transgresión, la ternura y la diversión de la novela. Las actuaciones más que notables, el ritmo no decae, algo realmente difÃcil teniendo en cuenta la complicación y todos los elementos que conlleva, una dirección sobresaliente de Garbi Losada que saca mucho partido al material que tiene entre manos. Muy divertida.
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