Mientras escribo estas pocas letras en el calor de mi hogar, a pocos metros del mismo, el crooner canadiense Leonard Cohen estará encendiendo al público asistente a su concierto de esta noche en Barakaldo con su profunda voz. Evidentemente y por tanto, yo no estoy entre ese público.
Pero yo sà he visto a ese público. Y lo he hecho con detenimiento, al regresar de una ardua jornada de trabajo, al ascender de las profundidades del metro, emerger a mi barrio y ver que está tomado por…
- Mucha gente vestida de negro. Quizá por ir yo vestido con ese color se ha acercado a mà una chica a ofrecerme algo relacionado con el evento en cuestión. Por cierto, pronunciaba la ese de forma rara.
- Mucha mujer de cuarentaytantos sin teñir. Creo que a un alto porcentaje de fans femeninas de Cohen les gusta dejarse el pelo con canas. Y no quiero seguir entrando por estos territorios porque al final me lloverán palos.
- Muchas sandalias bÃblicas. Tanto masculinas como femeninas. Saben a qué tipo de sandalias me refiero, ¿no? Pues habÃa miles de pares esta pasada noche en el BEC.
- Evidentemente, mucha gafa de pasta negra y mucha barba. Asà como muchas chicas iban sin teñir, un altÃsimo porcentaje de los hombres asistentes al bolo desconocen que los viejos cuchilleros, esa profesión a la que, por qué no, seguro que canta el bueno del Cohen, también tienen que comer.
- Mucha edad. Creo que la media era alta. Y me atrevo a suponer (¡¡atención, esto ya no es producto de la observación!!) que muchos de estos talluditos han militado en partidos de la izquierda en la clandestinidad.
- Mucho guiri. Ay, Barakaldo de mis amores… Quién te ha visto y quién te ve… Ahora recibiendo turistas y no obreros a los que hacinar en barracones…
- El tipo de la camiseta de Chucho que venÃa por la tienda de discos y que me encuentro en cualquier tipo de concierto: desde Astrud hasta Leonard Cohen pasando por el remedo indie de Camela que algún dÃa encumbre la RDL.
- Y por último, lo que más me ha impactado de todo y que, en cierta forma, me ha empujado a escribir estas chorradas, muchas ensaladas. Sà amigos. Si en el concierto de AC/DC las existencias de litronas desaparecerÃan en la zona, aquà ha sido la de ensaladitas de esas que vienen en pequeñas latas. Y es que he visto a muchas personas (bueno, en realidad, a dos parejas) comiendo en las inmediaciones del BEC este tipo de productos. Y ni rastro de botellón ni nada por el estilo, que la gente que acude a ver a Cohen es gente pulcra, sana y con estudios.
En fin, que lo mejor de todo es que con este tipo de público me he podido sentar tranquilo en mi barrio, sin temor ninguno a que arrasaran con todo, a que violaran a nuestras hijas y demás tropelÃas propias de pueblos bárbaros. Este público, amigos, es otro rollo.
Deja una respuesta