El pasado jueves 8 de marzo resultó ser una suerte de Aleph cultural, y es que todo parecÃa que tenÃa que celebrarse ese mismo dÃa y casi a la misma hora. Presentaciones de discos, conciertos que se solapaban, incluso debió haber un partido de fútbol importante (juro que no es pose, lo del partido del Athletic me enteré momentos antes de un concierto).
A las 20.30 estaba anunciada la presentación del ep Minusculo en la libreria Anti (sobre lo que nos extenderemos en unos dÃas, entrevista incluÃda), pero como ya sabéis que aunque cultural, todo en palacio va despacio, finalmente empezó poco antes de que diesen las 21.00. No voy a profundizar en dicha presentación porque como ya he dicho tendrá su entrada en unos dÃas. El caso es que el evento terminó sobre las nueve y veinte, a escasos diez minutos antes de que empezase el doble concierto Munlet + Sonic Trash en el Kafe Antzokia. Javi, uno de los dueños de la libreria Anti, me dijo que él se iba a ver a Pony Bravo, un grupo del que solo he oÃdo el nombre y las referencias que tengo de otra gente es muy buena y muy mala. Asà que me dirigà al Kafe Antzokia.
Y allà me enteré de que habÃa un partido y que, quizás a pesar de eso, el concierto estaba tardando en empezar. Yo iba a ver a Munlet, a los que conozco personalmente, a los que hacÃa tiempo que no veÃa y que presentaban su último disco «Bicefalopedia«, para mà su mejor obra. Mala suerte presentar un disco precisamente aquella noche en que la gente estaba más pendiente de los goles que de las canciones.
Lo malo de conocer personalmente a alguien que crea algo, ya sea canciones, libros o cuadros, es el problema de la objetividad, la cercanÃa puede hacer que seas demasiado benevolente y la confianza puede hacer que seas demasiado malevolente o crÃtico. Intentaré ser objetivo. A Ina y a Ana (Munlet) les conocà en el Zarata Jazz, en un concierto que dieron hace años cuando recopilaron sus primeros ep´s. Recuerdo que aquel concierto estuvo arropado por las imágenes proyectadas de «Las vampiras» de Jess Franco (valga desde aquà nuestro homenaje a la recién fallecida Lina Romay). Recuerdo que me enganchó su música y cierta estética como de terror vintage,ese de laboratorios e inventos malignos. Pasó el tiempo y, aparte de una especie de docu que les hice y que no les gustó, fui viendo como poco a poco, disco a disco iban creciendo, algo que me alegraba por la simpatÃa que les tengo a ambos. Llegó y pasó el momento quinteto, con el disco «Cañon» que he de reconocer es lo que menos me gusta de ellos y vuelven a ser dos y, en parte vuelven a ese sonido que me enganchó cuando les và por primera vez.
Su nuevo disco, el citado «Bicefalopedia», con una portada de Paco Alcázar que, para mà no hace justicia a las canciones, contiene los momentos más potentes y agresivos que nunca les haya escuchado.Y aquella noche, a pesar de que el fútbol se habÃa llevado a una parte del público, pudieron demostrar que esa mezcla de punk electrónico con todos esos juguetitos, theremines, baterias y demás es lo suyo. Me interesa menos el acercamiento un tanto «tecno movidamadrileñista» al que se asoman en ocasiones, pero en conjunto sus conciertos son disfrutables. Ana saca su rabia de no se dónde, porque luego es la ternura personificada, e Ina herr professor, rasga la guitarra con furia e impone con esa estética agresiva cuando luego es un pedazo de pan, de una simpatÃa sin igual.Y es que Munlet es un espectáculo, como si de una obra de teatro se tratase y sus dos personajes actúan, generan una serie de sensaciones, en ocasiones grotescas, en ocasiones apocalÃpticas, que hacen que el todo sea lo importante, no solo una serie de canciones. De aquà les deseo suerte en cada paso que den y esperemos que no haya más partidos en dÃas de concierto o, yendo más lejos aún, esperemos que llegue el dÃa en que el fútbol sea menos interesante que un evento cultural.
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