El pasado jueves se celebró la segunda cita bilbaÃna con el Wintercase. A priori, esta jornada estaba reservada para uno de los platos fuertes del festival, dada la presencia de dos bandas de esas que en los últimos tiempos se las han tildado con el anglicismo hype: The Spinto Band y Maxïmo Park.
En el caso de los primeros podemos hablar de un ‘mini hype’ derivado concretamente por el éxito que han cosechado gracias a su hit «Oh Mandy». El ‘hypeismo’ de la segunda de las bandas responde a que ha nacido al albor de esa remesa de grupos encorsetados en el término ‘Post punk’ que, en muchos casos, ha resultado ser más un pseudo producto surgido de las redacciones de NME‘s o publicaciones del estilo.
Sea como fuere, a las 20:30 del pasado jueves, los aledaños de la Santana 27 acogÃan a un buen número de flequillos despeinados, de gente guapa y de chiquillas inglesas esperando a que las puertas se abrieran. Asimismo, ya dentro del recinto, el volumen de público era muchÃsimo mayor con respecto a la primera jornada del Wintercase, de la que ya tuvieron cumplida información en este mismo espacio. Todo ello reafirmaba esa respuesta al fenómeno ‘Hype‘.
Pero, como decÃa un poco más arriba, toda esta expectación tenÃa, o al menos para mà lo tenÃa, un sentido a priorÃstico. DebÃamos comprobar si el rÃo realmente llevaba agua o simplemente sonaba.
Y sÃ, anticipando el resultado a esta duda, puedo afirmar que el rÃo no sólo la llevaba si no que, además, era realmente caudaloso.
Este comenzó siendo un pequeño riachuelo nacido en la montaña de la juventud; a ver, me voy a dejar de metáforas: comenzaron The Spinto Band, sexteto puberto yankee, insultantemente joven (el acné, de verdad, aún afloraba en sus rostros) que parecÃan salidos de esas pelÃculas americanas en la que en los institutos hay congregaciones con nombres en latÃn.
La mejor palabra que puede definir su bolo es, sin duda, diversión. Los muchachillos se divirtieron realmente sobre el escenario y, gracias a ello, contagiaron al respetable bilbaÃno.
Un amplÃsimo repertorio de torsiones imposibles (¡Dios mÃo cómo acabarÃan esos cuellos!), de coreografÃas individuales, de botes, de agitar de melenas… acompañó a una propuesta musical clásica, cercana a Weezer, que sonó más rotunda que en su primer y único disco hasta la fecha.
The Spinto Band representaron, en definitiva, un riachuelo que acaba de nacer, que, a buen seguro, adquirirá fuerza porque va empujado por la ilusión, por el pasarlo bien haciendo lo que les gusta, y que acabará convirtiéndose en un gran caudal gracias al apoyo de hits como la citada «Oh Mandy» o «Crack the Whip» en un gran rÃo.
El torrente de los estadounidenses dio paso a uno de los grandes pasos fluviales de los últimos tiempos: Maxïmo Park. Los de Newcastle (UK) venÃan avalados por la calidad de su único trabajo hasta el momento, «A certain trigger» (en mi humilde opinión, el disco que mejor ha madurado o envejecido entre Kaiser Chiefs y Arctic Monkeys varios) y la contundencia de sus directos.
Una palabra para definir este bolo: confirmación. Afortunadamente para el abajo firmante todas estas premisas se vieron confirmadas con un espectáculo, el de Paul Smith y compañÃa, basado en un derroche fÃsico, instrumental, eléctrico, sin descanso que arrasó con todo lo que pilló por delante y que movió al amplio público que se habÃa congregado.
HacÃa tiempo, la verdad (quizá esto no diga nada bueno de mis últimas elecciones de concierto), que no disfrutaba asà de un directo: un comienzo soberbio (destacar el hitazo «Graffiti»), unos medios tiempos que tiraron para arriba y que permitieron tomar algo de aire a un pronto extenuado Smith y un final (bis de dos temas incluido) apoteósico en el que hasta la última alma de la sala acabó moviéndose (con «Apply some pressure» como himno)
Cansados y sonrientes creo que se fueron los británicos. Cansados y sonrientes también abandonamos nosotros el recinto (al dÃa siguiente habÃa que madrugar) con la sensación de que las expectativas se habÃan resuelto para bien.
Esperemos que hoy las expectativas de intensidad y emoción que presupongo al directo de Arab Strap también se vean satisfechas y podamos seguir comprobando que cuando el rÃo suena…
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