Diez Discos Nacionales de 2012 para LFA

Bueno, tras haber hecho pública nuestra lista de los mejores discos del año allende nuestras fronteras, toca hacer mención a la cosecha recogida durante estos doce meses a nivel nacional, estatal, federal, plurinacional… En fin, como quieran…

Un Top 10 en el que, como en botica, hay de todo: nombres consagrados, bandas emergentes, diferentes estilos, etcétera… A ver qué decís, chavales y chavalas…

C’mon!!

10.- HOLA A TODO EL MUNDO: “Ultraviolet Catstrophe”

De ser el disco del año en 2011 para los que hacemos LFA a cerrar el top de 2012. Ojo, no está mal, ¿eh? Al fin y al cabo, lo han vuelto a hacer, aunque, en este caso, cambiando casi totalmente de registro. Dejando un poco de lado el folk psicodélico y mántrico de su maravillosa “Estela Castiza” los madrileños se han abierto a las programaciones y los sintetizadores… A la electrónica, vaya… Poniendo su radar dirección Manchester y firmando un disco más hedonista que sus predecesores… ‘They Won’t Let Me Grow’ es uno de los temas del año, por cierto…

9.- NIÑOS MUTANTES: “Náufragos”

Sencillo, de andar por casa. Con regusto artesanal. Sin grandilocuencia. Una colección de canciones pop (con devaneos fronterizos e incluso alguna concesión electrónico-psicodélica) que gusta, que engancha. Un disco, este “Náufragos” de los granadinos Niños Mutantes, que les coloca como uno de esas bandas patrias ajenas a movimientos estilísticos y modas efímeras, que puede sonar a 2012 o a 1990, un disco, en definitiva, que siempre que suene en el reproductor será bien recibido.

8.- LOS PUNSETES: “Una Montaña es una Montaña”

Esta banda tiene algo especial. Algo que me mola muchísimo. Esa cosa que siempre me empuja a considerarles como uno de los grupos más reivindicables de la escena española. Me generaron esta misma sensación con sus dos trabajos anteriores y este año, de nuevo, lo han vuelto a hacer con este “Una Montaña es una Montaña”. De cara a descifrar ese algo podemos emparentarlo con la urgencia y cierto toque amateur de las canciones de “LP” y “LP2”, sólo que ahora éstas han aumentado en intensidad. Ahora golpean de una forma mucho más directa. Antes había la posibilidad de esquivarlas y ahora no. Buena parte de la culpa de todo ello es el contenido de sus personalísimas letras: mal rolleras hasta decir basta, muy rollo pulp, muy sucias… Pero con ese algo que hace que te concentres en el libreto para estudiarlas. Así que, nada, aquí uno que les anima a mancharse.

7.- GRUSHENKA: “Técnicas Subversivas”

Debut en formato largo de la banda catalana tras un magnífico EP sin título y… Bingo!! Han dado en la diana. Discazo de cabo a rabo. Guitarras, distorsiones, shoegazing, noise… Deudores de las bandas referentes en estas lides, aunque con un poso mucho más pop que algunos de los nombres que os están viniendo a la cabeza. Ni falta ni sobra nada. Desde el tema homónimo que abre el disco al ‘Me escondo en tu sombra’ que lo cierra, con algunos hitos de esos pielgallináceos, a saber: ‘El Mecanismo de Defensa’, ‘Siempre actúo rápidamente y absurdamente’ o ‘Ese gran lunar de tu espalda’. Sirva este 7º puesto en el top 10 de LFA para reivindicarles a pesar de que, como los propios Grushenka reconocen, no inventan nada nuevo pero, sin embargo, sí, consiguen emocionar, particular y también reconocido leit motive de la banda de la escudería El Genio Equivocado.

6.- JOHN TALABOT: “ƒin”

Sí, reconozco que me mola mucho escuchar un disco de electrónica elegante, introspectiva y con cierto deje rock y que se haga aquí. Sí, reconozco que con “fin” surge ese gañán y contemporáneo tópico asociado al deporte que pregunta “¿A qué quieres que te gane?”. Y es que con el primer larga duración del productor barcelonés John Talabot gana él y ganamos todos, aquí y en la Europa más especializada en este tipo de sonidos, donde este álbum también ha cosechado todo tipo de parabienes. Y sí, puede que sea ese orgullo el que empuja este disco hasta el sexto lugar de nuestra lista. Pero no sólo. No es una cuestión meramente resultadista. Hay estilo, clase y buen gusto. Y como el Barça de Guardiola o Tito Vilanova cuando se gana así, con buenas formas, pues eso… mola más. Escúchenlo y siéntanse orgullosos.

5.- KLAUS & KINSKI: “Herreros y Fatigas”

‘La Duda Ofende’. Con este tema se abre “Herreros y Fatigas”, tercer trabajo de Klaus & Kinski. Y efectivamente: la duda ofende. Lo nuevo de los murcianos tenía que estar. Alex y Marina siguen sacando unos discos especiales y únicos en el panorama musical estatal. Más allá del indie, más allá del pop, más allá de la copla, de las habaneras… “Herreros y Fatigas”, al igual que su anterior “Tierra Trágalos”, es, casi me atrevería a decir, más que un disco. Es un cuento, un libro de relatos de cuidadísima edición que relees una y otra vez. Una marcianada a veces inaudita en estos tiempos. Una maravilla que dudas en querer compartirla. Pero la compartimos aquí, en forma de quinto puesto de nuestro top.

4.- LA HABITACION ROJA: “Fue Eléctrico”

Efectivamente, lo fue. Aquellos años de teen de este que firma escuchando los primeros discos de los de L’Elianna fueron eléctricos y LHR ponían banda sonora a tiempos pasados de grato recuerdo. Quizá por ello, por una razón más personal que estrictamente centrada en la crítica discográfica, el último trabajo de Jorge, Pau, Mark y compañía alcance esta posición. Porque han hecho un disco que me retrotrae a aquellos años de primeros festivales, aquellos tiempos en los que ahorrábamos pasta para devorar discos… Y lo agradezco un montón. Agradezco a LHR que, de alguna forma, hayan querido volver a divertirse, a conectar, dejando de lado facetas más experimentales, por así decirlo. Directos, intensos, urgentes. Canciones pop para post adolescentes que suenan de puta madre en tipos de treintaytantos que conjugan (y no reniegan de ello) en pasado. Insisto: puede que no sea el mejor disco de LHR pero para mí escuchar “Fue Eléctrico” ha sido como meterme un chute de nostalgia y eso hay que valorarlo como es debido. Gracias.

3.- PEGASVS: “Pegasvs”

Posiblemente uno de los discos que más he escuchado este año. Y uno de los que mejor se han podido explotar en diferentes ámbitos. Me explico: escúchese desde un punto de vista nocturno-lúdico, a modo de fin de fiesta, a modo de hitazo revientapistas, a modo de audición lisérgica a oscuras en tu habitación, a modo de… El “Pegasvus” de Pegasvus ha sido la navaja suiza de más alta precisión del año. Sin duda. Una jodida maravilla de 30 minutos bailable, tántrica, melódica… Lo tiene todo y se corrobora con cada escucha y, como decía, de éstas ha habido muchas… Lo tiene todo, en definitiva, para ser un trabajo que perdure per sécula seculórum, para que (sí, peco de cienfiebres) sea uno de los discos de referencia de la década. Ahí queda eso.

2.- GRUPO DE EXPERTOS SOL Y NIEVE: “El Eje de la Tierra”

Hasta el descubrimiento del número uno de esta lista, tenía claro que “El Eje de la Tierra” era el mejor disco del año a nivel federal. Y, a decir verdad, he dudado mucho a la hora de darle la plata o el oro. Al final, lo de poner a uno más arriba o abajo sólo sirve para llamar la atención, ¿no? ¿Qué más da? Lo que hay que tener claro es que el trabajo de GDESYN es una verdadera obra de arte pop, con su ya reconocible deje sureño (español y americano) y con unas letras magníficas habida cuenta del contexto actual. Es un disco para los fans de la banda y de Los Planetas, por qué no. Un álbum que para sí quisieran muchísimas otras bandas más valoradas o consagradas de la escena patria. Una obra redonda, perfecta con temas incontestables como ‘Dime’ o ‘La Reconquista de Graná’ o cualquier otro… No sé, es el típico disco por el que siempre me acordaré, musicalmente hablando, de este año que se nos va. Magnífico.

1.- TEMPLETON: “El Murmullo”

… pero (ver puesto nº2) llegó “El Murmullo” y me conquistó. O me emocionó tanto que, al final, me rendí a sus innumerables encantos. Una obra magna de pop atemporal (jo, qué rockdeluxiano me ha quedado eso), un trabajo exquisito, perfectamente definido, ensamblado… Con un cierto toque conceptual (aunque quizá no lo tenga, pero yo lo vivo así), con todo lo que tiene que tener un extraordinario álbum de pop: canciones. Sí, pero qué canciones: ora intimistas ora luminosas… Hits pinchables en sesiones con gusto y temas para disfrutar en la soledad del hogar… Pasajes oníricos y psicodélicos… No sé… A lo mejor exagero con este disco de los cántabros Templeton pero a veces yo mido la calidad de un álbum por la capacidad que éste tiene para ponerme la piel de gallina, la capacidad de darle al repeat a algunos de sus temas (he debido de rallar ‘Miedo de Verdad y en Condiciones’ o ‘Miércoles Capitulo’ o ‘Mar Cantábrico’), la capacidad para hablarle de él y de sus canciones y de sus letras a mi mujer, por la de veces que lo he compartido en mi muro de Facebook, en mi perfil de Twitter, por la de ocasiones que le he dicho al tabernero de referencia que lo compre para el bar o que se lo grabo, porque en días de resaca me ha hecho llorar… Todas estas razones son indicadores objetivos para mí. Objetividad mezclada con la subjetividad de las emociones. Y, como ya he dicho, si de emociones hablamos, no tengo la más mínima duda de que “El Murmullo” de Templeton es el que más de ellas me ha despertado y ¿sólo? por eso es mi disco del año 2012.